Ha habido un par de puntos que me han chirriado especialmente y cito textualmente:
1) ” La propuesta consiste en admitir expresamente que todos los titulados en ingeniería tendrán reconocidas facultades para realizar cuantas funciones le atribuya la normativa vigente a cualquier rama de la ingeniería.Traducido a román paladino quiere decir que cualquier ingeniero es competente en cualquier campo de actividad profecional de la ingeniería. Por ejemplo, un graduado en “Ingeniería Matemática” (sí: existe y además lo imparte la Universidad Complutense de Madrid) sería un técnico competente para proyectar una central nuclear.
Se trata por tanto de un modelo donde cualquier ingeniero está habilitado para cualquier actividad profesional de las que ahora están reservadas a los ingenieros en sus distintas ramas y especialidades, partiendo de que todos los titulados en ingeniería comparten un núcleo común de conocimientos suficiente para habilitarles a realizar todas las funciones que tienen los ingenieros, sin alterar el modelo académico vigente.”
Este texto pone en evidencia el desconocimiento total que el legislador tiene sobre los estudios de ingeniería y sobre el ejercicio profesional posterior.
2) ” El modelo tradicional que identifica cada colegio con un título determinado no es compatible con la reforma de las enseñanzas universitarias, donde ha desaparecido el catálogo oficial de títulos universitarios y por tanto resulta insostenible.”Puede que sea cierto y que el modelo tradicional no sea compatible con las reformas del Catálogo Oficial de Títulos Universitarios. Pero creo que lo primero que habría que cuestionar es un catálogo que en el Área de Ingeniería y Arquitectura cuenta con 592 titulaciones diferentes (153 grados y 439 masters).
Después de leer semejantes “perlas de sabiduría”, me pregunto: ¿en los ámbitos educativo, tecnológico y económico ya se han resuelto todos los problemas reales y lo único que queda por hacer es experimentar con una de las pocas cosas en las que España es aún puntera?
Parece que quieren acabar con el profesional de reconocido prestigio internacional que hasta hoy era el Ingeniero Español.
Leyes como ésta son lujos extrafalarios y suicidas que no puede permitirse un país pretendidamente moderno como España en el escenario económico globalizado que nos toca afrontar en el siglo XXI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario