Hace unos días leí una entrevista muy interesante al físico y neurocientífico Rubén Moreno Bote.
Le interesan las decisiones que tomamos ante situaciones novedosas y que con frecuencia son trascendentes. Ese tipo de encrucijadas que requieren un "largo y fatigoso periodo de reflexión".
Según el Dr. Moreno: "El cerebro es una máquina del tiempo que para tomar
decisiones, evoca escenarios pasados, simula futuros y elige uno". Es lo que en el mundo de la simulación "in silico" (o simulación por computadora) se conoce como análisis de escenarios (en inglés: "what-if scenario
analysis").
También apunta que este proceso cerebral consume mucha energía y que ante elecciones muy complejas se dispara exponencialmente. Cuando el coste de equivocarnos es menor al de la energía consumida, la estrategia optima es tomar una decisión cualquiera. De hecho, señala que a veces por puro agotamiento no terminamos el proceso de simulación y simplemente decidimos.
Una de las principales aplicaciones de la simulación computacional es el análisis de escenarios para el apoyo a la toma decisiones. Una vez más descubrimos que los mejores diseños suelen ser copias de las maravillas que encontramos en la naturaleza.
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